El fenómeno no llega a categoría de “disrupción” que es lo que algunos optimistas del sector más favorable al cambio radical en el mundo de la política querían llegar a vislumbrar cuando arrancó la última contienda electoral, pero no cabe duda de que algo ha sucedido, está sucediendo -y quién sabe cómo y hasta cuándo se sostendrá en el tiempo- que ha roto la quietud de los que nos ofrecían continuidad en la confianza de que con ellos llegaría el futuro con mejoras a las que se podía aspirar.
Algo ha sucedido que ha acelerado sobremanera la evolución en la dinámica de la gestión de la cosa pública y de la representación parlamentaria abriendo el melón de la duda acerca de cómo se resolverá el juego de mayorías y reparto de poder, control de instituciones poderosas en las que siempre conviene tener “a los nuestros” no vaya a ser que […]