Parece ser que el 28 de diciembre sigue siendo fecha propicia para lanzar “inocentadas”, con las que de manera más o menos jocosa se trata de confundir con alguna noticia falsa, con alguna broma incluso pesada, entre amigos, desde la prensa escrita o radiofónica, da lo mismo. El caso es pasar por cierta alguna noticia o situación para a continuación ridiculizar a la víctima con un “inocente, inocente, inocente” que pone colofón al “gag” ideado.
Puede haber “inocentadas” que arrastren alguna consecuencia no deseada o incluso desagradable para el que la sufre, como cuando se exageran las “novatadas” en los internados, antes en los cuarteles.
Pero las que de verdad duelen y dejan huella en las personas y en la sociedad son LAS INOCENTADAS QUE NO LO ERAN.
Una inocentada podía haber sido la noticia reciente de que un Banco “rescatado” en el que el Estado, es decir todos nosotros contribuyentes, aportó […]